En
1820, Oersted, impartiendo una clase de Física en la Universidad de Copenhague,
y tratando de explicar que era la corriente eléctrica que había descubierto
Volta, acercó por casualidad una brújula a un conductor por el que circulaba
corriente y observó que la aguja imantada sufría una desviación.
A
raíz de esto Oersted siguió investigando y llegó a las siguientes conclusiones:
Cuando
colocamos una brújula cerca de un conductor por el que pasa una corriente
eléctrica, la brújula se orienta perpendicularmente al conductor y deja de
señalar hacia el polo norte.
Si
aumentamos la intensidad de la corriente eléctrica que circula por el
conductor, la brújula gira más rápidamente hasta colocarse perpendicular a si
mismo.
Si
invertimos el sentido de la corriente eléctrica. la brújula sigue orientada
perpendicularmente al conductor , pero en sentido opuesto al caso anterior.
La
conclusión fue: “Una corriente eléctrica produce un campo magnético“
A
partir de los trabajos de Oersted se demostraron experimentalmente otra serie
de fenómenos:
Ampere
comprobó que al situar dos conductores paralelos por los que circulan
corrientes de intensidades grandes aparecen fuerzas entre ellos, que son de
atracción si las corrientes tienen el mismo sentido y de repulsión si las
corrientes tienen sentido contrario.
Si
deja de haber corriente desaparecen las fuerzas.
Entre
dos conductores circulares (espiras) paralelos, recorridos por sendas
corrientes, se producen fuerzas de atracción, si las corrientes tienen el mismo
sentido y de repulsión si tienen sentido contrario.
Biot
y Savart formularon el campo magnético producido por una corriente cualquiera
Faraday
realizó el siguiente experimento. Cogió una espira metálica con un galvanómetro.
Al aproximar un imán a la espira metálica se observa que la aguja del
galvanómetro se mueve. Si dejamos quieto el imán la aguja del galvanómetro se
va a O. Si sacamos el imán la aguja del galvanómetro se mueve en sentido
contrario, y si se separa mucho vuelve al cero. Por tanto se llega a la
conclusión de que “un campo magnético en movimiento produce una corriente
eléctrica“.
Maxwell
constató el efecto contrario, un campo eléctrico genera un campo magnético.
Por
tanto podemos concluir:
Los
imanes y las corrientes eléctricas generan un campo magnético.
Los
campos magnéticos en movimiento producen corriente eléctrica.
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